Felix se despierta sin Barbie

Bueno, ya que Mel me ha dedicado capítulo, solo por prometerle unas clases de piano, creo que debo dedicar esta historia paralela a ella. Es un poquito diferente a las otras, ya que el enfoque es otro y yo, personalmente, lo he visto muy pesimista... ¿Qué decís?

"Está conmigo"
Buscó el interruptor a tientas por la pared. No entraba la luz del sol. Desistiendo, intentó levantarse para abrir la ventana... Pero no había. La ventana que solía filtrar la luz del alba, indicándole que eran las seis, ya no existía. Su casa había cambiado completamente.
-¡A despeltalse! -una voz chillona gritó en un inglés bastante marcado por un acento japonés.
Alguien abrió una puerta desde fuera. Era una puerta extraña, que se abría hacia arriba. De pronto lo comprendió; había dormido en un trastero.
Felix no sabía dónde estaba su casa, ni dónde estaba ella. "Maldita zorra asquerosa. Me ha dejado aquí". Seguramente algo había pasado aquella noche. Aquella noche de la que no recordaba absolutamente nada. Aquella noche en la que la Barbie de turno se la había jugado a él.
Un SMS le llegó, al momento que el hombre japonés llamaba a un compañero para ayudarle a sacarlo de allí. Felix se incorporó y corrió a una fila de niños, de edad mucho menor que él, que se adentraban al mismo paso en una habitación con velas.
Por el ambiente, Felix dedujo que se encuentraba en Chinatown. Conoce estos barrios, porque María lo ha llevado de pequeño al mercado. "Ahora que mi vida se endereza... Ahora me traen de vuelta".
Disimulando, sacó el móvil. El mensaje era de su hermano. Kinn. Tal vez fuera su salvación. Abrió el móvil antes de entrar, ya que sería demasiado cantoso en el interior, dada la oscuridad. Leyó las escasas diez letras que conformaban aquellas palabras. Tiró el teléfono al suelo, dolido, aunque no lo bastante fuerte como para que se rompiera, ya que podría ser su salvación. Pero de momento solo sabía que odiaba a ambos. A Kinn y a la puta de la Barbie.